Hacía cinco años que no pisaba la comunidad autónoma más grande de España. Así lo hice saber en mi cuenta de Twitter antes de viajar hacia tierras castellanas y leonesas.

Este viaje en marzo del 2019 fue posible gracias a Viajes Marsol, una agencia española que me invitó a visitar Castilla y León en cuatro días donde descubrimos que no perderse en Castilla y León así como varias actividades y encantos no tan conocidos de las provincias de Burgos, León, Zamora y Valladolid.
Pasos previos: cómo llegar a Castilla y León en tren desde Málaga
Varios de los visitantes éramos de Andalucía y el Levante español. En mi caso cogí el AVE desde Málaga hacia Atocha en Madrid, un servicio de tren eficiente y en dos horas y media me planté en la capital de España. Desde allí hay varias conexiones directas hacia varios puntos y ciudades de Castilla y León.

De hecho, en el 2014 cuando visité por primera vez Castilla y León, hice una ruta en tren que me llevó hasta Segovia, Valladolid, Palencia, Salamanca y Burgos. Incluso, conocí la villa Saldaña que da origen a mi apellido paterno. Para mí fue una visita de ensueño y quería conocerla desde que estuve en el colegio en Iquitos.
Día 1: Ribera del Duero y la Villa de Lerma
Una vez llegados a la estación de Atocha en Madrid iniciamos la ruta en un autobús moderno y acondicionado con el que nos transportamos durante los cuatro días en Castilla y León.

Antes, aproveché en desayunar en uno de los restaurantes cercanos al jardín botánico de la Estación de Atocha, ya que el tren desde Málaga salió a las 6 de la mañana, tiempo que aproveché en dormir.

Visitar las Bodegas Portia con cata incluida
Tras unas doras horas de trayecto, la primera parada fue las Bodegas Portia. Un complejo vinícola diseñado por Norman Foster, famoso arquitecto de origen británico. Este personaje ligado a la arquitectura de edificios emblemáticos a día de hoy ha ganado dos importantes distinciones: el premio Pritzker en 1999 y el premio Príncipe de Asturias de las Artes en el 2009.

El edificio y el entorno están pensados en la integración del terreno, haciendo una perfecta armonía entre los tres elementos principales usados para su construcción: vidrio, concreto y madera.

Mi primera impresión al llegar y ver los detalles fue algo como ¿Aquí se elaboran vinos? Porque desde afuera se veía que íbamos a un museo contemporáneo o algo similar, puesto que se ven muestras artísticas por varios ambientes. Si Foster quería unir en armonía el mundo de la arquitectura y el vino en un sitio funcional ¡Lo logró! Así de fuerte y claro.

En el viaje a Castilla a León, uno de los imprescindibles es visitar alguna bodega vinícola y en esta zona de Ribera del Duero hay muchos, de los vinos más reconocidos a nivel mundial. La visita terminó con una cata de dos vinos. El trato y las explicaciones durante el recorrido de algunas instalaciones fue muy buena.

La villa del Duque de Lerma
Con unas copas de vino en la sangre, el hambre ya se había apoderado de nosotros, o al menos hablo por mí. Había que continuar el itinerario en Castilla y León y la siguiente parada fue Lerma, tierra noble del famoso Duque de Lerma, personaje ligado a las grandes decisiones del Rey Felipe III. De hecho hay muchas leyendas e historias sobre él.

Era tanto el poder que tenía que llegó a construir el Palacio Ducal de Lerma, una preciosa fortaleza en medio de la plaza con una arquitectura que consta de cuatro torres propia de edificios reales y similares a los que hay en El Escorial en Madrid o dentro de los lugares que visitar en Toledo.

En la actualidad es el Parador de Lerma. Aunque no te alojes allí, vale la pena ir a tomar algo o comer. En mi caso probé una tarta de chocolate que estuvo delicioso, momento que aproveché durante el tiempo libre que teníamos.

El lechazo, comida típica de Lerma
Después de dar unas vueltas por Lerma y ver algunos de sus lugares de interés como: el Mirador de los Arcos, Colegiata de San Pedro (las Edades del Hombre), la ermita de la Piedad, la iglesia de la Ascensión del Señor, iglesia Colegial de San Pedro Apóstol, algunos monasterios; fuimos a reponer energías en el Asador de Lerma, un restaurante acogedor ubicado en plena plaza Mayor de Lerma con buen ambiente y sabores exquisitos.

En el Asador de Lerma, probamos el plato estrella: el lechazo y algunas otras delicias gastronómicas como la morcillas y salchichas típicas acompañados de ensaladas frescas y vinos locales un poco fuertes en cuanto el grado de alcohol, pero aceptables para la contundencia en la mesa según algunos catadores de vino.

Tras la cata vinícola en el anterior lugar, cada vez que tocaba beber vino, poníamos en práctica lo que nos habían enseñado. Eso es lo bueno de viajar, nunca se deja de aprender. El cierre de la productiva visita a Lerma se dio con unas fotos adicionales, antes de emprender rumbo a Burgos, la capital de la provincia.

Una vez en Burgos, la cena y la estancia se dio en el Hotel Silken Gran Teatro, en pleno corazón de la ciudad. Ubicado a pocos pasos de los principales lugares de interés de Burgos.
Día 2: Burgos y León
Burgos
Dormí unas ocho horas, tras despertar en mi preciosa habitación, era el turno del desayuno en el hotel, muy variado por cierto. Luego poner el play a caminar Burgos durante unas horas, para conocer sus historias y demás curiosidades.

En el 2014 había visto Burgos en un día completo y esta vez era recordar varios lugares de mi anterior visita. Pero con la premisa que en esta oportunidad sí iba a entrar al corazón de la Catedral de Burgos, de las más preciosas de España y del mundo. Una construcción góticaque impresiona por fuera y por dentro.

No me voy a explayar mucho en esta ciudad, pero vale mucho la pena incluir a Burgos en el itinerario por Castilla y León en los días que creas convenientes. Burgos está plagada de una historia real.

En efecto, un imprescindible que ver es la Casa del Cordón, un privilegiado lugar clave en la Conquista de América tras el regreso de Cristóbal Colón. Además, en 1515, las Cortes acordaron la unión de Navarra con Castilla.

La ruta en Burgos continuó entre el mirador que se encuentra al subir a los restos del castillo de Burgos con unas vistas impresionantes donde destaca la hermosa catedral.

Además, de una espectacular comida en Casa Pancho, un restaurante ideal para engreír al paladar con raciones caseras castellanas muy cerca de la plaza Mayor. En esta zona, también se encuentran varios puntos culinarios para el deleite de nuestras pupilas gustativas con buenos vinos de la zona.

Cruce de fronteras: llegada a León
Después de visitar Burgos durante toda la mañana y comer delicioso hasta decir basta, el autobús se puso en marcha hacia León, otra de las nueve provincias que tiene Castilla y León. Era mi primera vez en León y eso era motivo para estar más atento que de costumbre, sobre todo para retratar lo que nuestra guía nos iba a dar a conocer.

Desde la ventana del autobús donde por momentos me sentía un rock star, porque ellos suelen viajar en transportes así durante sus giras, tenía la corazonada que León me iba a gustar aunque sea en pocas horas. Debíamos sacar provecho en apuntar con nuestras cámaras y así sacar el jugo a esta ciudad donde dicen que se come muy bien.

El primer impacto fue con la Casa Botines. ¿Qué ven mis ojos? Una maravilla que entra bien a través de mis pupilas. Una obra del famoso Gaudí se apoderaba de la mínima atención y así fue. Hasta creí por momentos que hablaba con el famoso arquitecto catalán al ver su escultura a tamaño natural, el cual estaba sentado en una banca contemplando su creación artística.

No tenía ni la más p*** idea de que existían edificios de Gaudí fuera de Cataluña. A día de hoy, escribiendo estas líneas mis ojos se humedecen, porque viajar y descubrir cosas que no estaban en los planes hacen que las lágrimas de felicidad salten sin razón alguna. Viajar nos ayuda a descubrir muchas cosas in situ y en León no iba a ser diferente.

Continúo, porque de arte sé poco, pero a veces no se necesita saber muchas cosas, para darte cuenta que el cuerpo responde con emoción a las cosas extraordinarias y esta visita aunque no pudimos entrar me produjo sensaciones que no sé describir en palabras.

En León hicimos una pequeña ruta a pie de unas horas y eso me bastó para prometerme regresar en cuanto pueda y así descubrir que ver en León en un día o más. Así llegamos a ver la Basílica de San Isidoro y la Catedral de León y otros lugares que el itinerario pudo alcanzar.

Así como algunas calles emblemáticas y ver el atardecer en la plaza Mayor, un momento inolvidable con las luces cobrando vida dándonos la bienvenida a esta preciosa ciudad que sin dudar, atrapa a los visitantes.

Tuvimos unas horas libres en León, tiempo que mis amigos y yo aprovechamos en hacer lo que más nos gusta: tapear, una actividad más que imprescindible al visitar León.

No hace fácil usar el GPS, porque desde la plaza Mayor de León se ve el camino a seguir hacia esos puntos culinarios donde por cada bebida te dan una suculenta tapa. Así pudimos conocernos mejor con las historias de Mar, Eva, Zeneida, Miguel y por supuesto, las anécdotas de Bo Saldaña, autor de esta web de viajes, por si no te ha quedado claro.

Teníamos una hora pactada para regresar y coger el autobús hacia nuestro siguiente hotel para cenar y dormir en León. En este caso fue el Hotel AC León San Antonio by Marriot, muy cerca del Corte Inglés.
Día 3: Astorga, Castrillo de los Polvazares y Toro
Astorga
Sonaba mi alarma media hora más temprano que el día anterior, esto me hizo desayunar en tiempo record, pero no importaba ya que iba a conocer Astorga, de los lugares más emblemáticos de la provincia de León y capital de la Maragatería.

Astorga fue una enorme sorpresa porque a pesar de ser una ciudad muy pequeña con 11 mil habitantes, tiene una enorme catedral y además del Palacio de Gaudí. No fue coincidencia encontrarme con otra obra de Antonio.

Rápidamente tras ver la Catedral de Santa María, fotografiar los llamativos grafitis en la calles de Los Sitios, sentir la plaza Mayor con el edificio del Ayuntamiento, mi cámara quería saborear sin prisas el diseño del arquitecto catalán. Así descubrimos el interior quedándome con la boca abierta todo el rato.

Quise fotografiar cada detalle, cada ventana, cada cada cada…y así pude conocerlo por dentro y por fuera. Vale la pena pagar la entrada de los 5 euros, para disfrutar de lo que también es la sede del Museo de los Caminos con una colección más que exquisita.

Después de semejante maravilla, había que ver también la Casa Granell, aunque sea por fuera. Otra muestra modernista instaurada en Astorga gracias a la bonanza económica que tuvo por la industria chocolatera. Por lo que también es un imprescindible visitar el Museo del Chocolate a pocos pasos de la casa cuyo diseño se debe al mismo responsable del Palacio Cibeles en Madrid.

Para Astorga he dedicado un artículo completo que puedes leer: Qué ver en Astorga en un día.
Castrillo de los Polvazares
Una vez concluida la visita a Astorga en un día, había que llegar a solo siete kilómetros de distancia. Es así que aterrizamos en Castrillo de los Polvazares, de los pueblos más pintorescos de la comarca, que si no por fuera por los coches que se ven aparcados en el pueblo, parecía que la modernidad ni se había asomado.

Este es el lugar que debería estar considerado en la lista de los pueblos más bonitos de España y donde pudimos deleitarnos con el Cocido Maragato, la guinda del pastel de la provincia en lo que gastronomía se refiere. Una delicia que vale la pena repetir en la más mínima oportunidad.

Para saber más sobre este pueblo, también tienes un artículo completo: Castrillo de los Polvazares: Qué ver en la cuna del Cocido Maragato.
A Toro para visitar una fábrica de quesos con cata incluida
La “huida” a otra provincia tras probar el Cocido Maragato era inevitable. Así nos dirigimos hacia Toro, una localidad en tierras zamoranas, provincia de Zamora.

Es así que tras esta pausa anti ignorancia llegamos a una fabrica artesana de quesos, o comercialmente llamado Quesería Chillón. Un lugar donde pudimos aprender sobre esta importante industria quesera ligada a la economía local.

La visita ha sido muy interesante donde pudimos conocer de la mano de un familiar directo del fundador, sobre las formas de elaboración, algunas curiosidades y por supuesto, una cata de todos los quesos habidos y por haber con vinos incluidos. El queso que más me gustó fue uno que tenía miel. No soy un fanático de los quesos pero ese me encantó muchísimo y tanto que lo recuerdo con una sonrisa.

Adiós a una experiencia productiva para ir a cenar y luego dormir en el Hotel NH Balagó en Valladolid.
Día 4: Cigales y Valladolid
Cigales
Después del desayuno, la siguiente parada era la Finca Museum de Cigales. No había mejor forma que empezar y despedir Castilla y León que con visitas vinícolas. Esta vez en tierras vallisolitanas, es así como se escribe y pronuncia el gentilicio de los que son de Valladolid y por ende, de la provincia que son del mismo término.
¿Ves que viajando nunca se deja de aprender? Aunque a mí también me cuesta pronunciar, es bueno saber para evitar errores en las charlas, aunque ser perfectos no está en nuestros planes ¿Verdad?

En este caso también pudimos disfrutar de un recorrido con las explicaciones relacionadas, desde el sembrío de las uvas hasta el último proceso que recorren sus vinos. La visita a este museo, de ahí el nombre porque el propietario quiso que también sea un lugar para disfrutar del arte, es así que incluyó algunos cuadros preciosos de artistas renombrados.

No soy mucho de bebidas alcohólicas, pero el mundo del vino es increíble. De una cepas que parecen insignificantes en términos visuales o estéticos, a tener una de las bebidas mas exquisitas del planeta.

Si eres de vinos, y aunque no lo seas del todo, una experiencia así vale mucho la pena. ¡Salud! Salimos de las Bodegas Museum con un regalo en forma de botella de vino que traje a casa.

El cierre y despedida en Valladolid
Ultimo día en Castilla y León y yo estaba un poco triste. Los días cuando se disfrutan mucho se pasan volando y este itinerario no ha sido la excepción.

El cierre por todo lo alto si así cabe en el texto, ha sido unas horas caminando por algunas calles de Valladolid. En esta ciudad también estuve en el 2014 y regresar me pareció emocionante. No recordaba que Valladolid también había sido la capital de España durante el reinado de Felipe III entre los años 1601 y 1606.

Esta ciudad también está salpicada de curiosidades cuya gran protagonista es la iglesia de San Pablo al frente del antiguo palacio real. En esta emblemática construcción fueron bautizados Felipe II y Felipe IV y visitada por Napoleón según la historia. Me dio gusto poder revivir y oír la leyenda del bautismo de Felipe II.

Conclusiones del itinerario de 4 días por Castilla y León
Después de leer mis impresiones y experiencias estoy seguro que visitar Castilla y León es inminente. Si lo haces por libre en coche tendrás más tiempo a tu aire. Aunque, sí quieres tener todo organizado en cuanto a las experiencias, buenos hoteles y alimentación, te sugiero revisar los circuitos de Viajes Marsol.

Hay itinerarios de varios días, los cuales se adaptan a las necesidades individuales o grupales. Eso ya es parte de la decisión que tomes de acuerdo a tus circunstancias personales. En cualquier modo te deseo buen viaje y a disfrutar.
¿Qué te pareció este itinerario por Castilla y León?
4 comments
Qué recorrido más bonito, Bo! Me alegra mucho que disfrutaras de Castilla y León, una joya aún desconocida para muchos españoles. Que sepas que has hecho salivar al burgalés al ver el lechazo! Un besazo.
Hola Patri:
Ha sido un recorrido bonito. La verdad que me ha sorprendido mucho y espero que haya podido plasmar mis impresiones en las casi 3 mil palabras que tiene el artículo. El burgalés seguro que ya mismo vuelve a su tierra a ver a la familia y probar el lechazo. 😉
Un besazo.