Imagina que estás en la entrada principal del Gran Hotel Miramar en Málaga, y por casualidad te cruzas a Elizabeth Taylor, y sin ir muy lejos, en el Lobby Real te ves cara a cara con el mismísimo Ernest Hemingway. Aunque todo esto parece sacado del guión de una película, créeme que no lo es, puesto que a partir de 1939 cuando era el Hotel Miramar, estas situaciones hubieran sido muy normales.

Un poco de historia
Esa posibilidad tiene su fundamento en la historia misma del Gran Hotel Miramar, ya que desde su inauguración en 1926, fue el Rey Alfonso XIII quien dio la apertura al mundo aristocrático de este histórico recinto hotelero, con el nombre “Hotel Príncipe de Asturias”. Diez años más tarde, y durante la nefasta guerra civil española, este lugar sirvió como hospital de campaña y sangre, por esta circunstancia se cree que estaba segura su conservación.

Tras la guerra, en 1939 vuelve a abrir sus puertas como alojamiento, y bautizado como Hotel Miramar, desde ese año y en adelante, fue la etapa del uso y disfrute de sus instalaciones por grandes y conocidos personajes de la farándula y de alta sociedad, dándole fama y glamour hasta su cierre en 1967.

Ya en 1987, y tras haber estado cerrado durante 20 años, el Palacio Miramar se convirtió en la sede del Palacio de Justicia de Málaga. Esta era de gestión de leyes y justicia concluyó en el 2007, cuando se inauguró la nueva ciudad de Justicia de Málaga en la zona de Teatinos.

Hoteles Santos en acción
Uno año después del anterior acontecimiento, es decir en el año 2008, el grupo Hoteles Santos adquiere esta propiedad en una adjudicación pública, con el compromiso de devolver a Málaga, un edificio con su esplendor y belleza de antaño.
En diciembre del 2016 y después de 90 años desde su primera inauguración, es abierto de forma parcial a la sociedad malagueña y al mundo en general, sin aún estar al 100% de su capacidad en su categoría de Gran Lujo.
Es así y después de meses intensos de preparación, el día 31 de octubre del 2017, mientras muchos celebraban la famosa fiesta de Halloween, el Presidente del Grupo Santos, José Luis Santos (re) inauguraba – esta vez con la capacidad a tope- el Gran Hotel Miramar de Málaga. Un acontecimiento que unió a más de 1.400 invitados.



El Gran Hotel Miramar, la belleza está en su interior
El edificio global en sí, tiene una belleza que cautiva y no pasa desapercibido desde muchos ángulos, sobre todo cuando estás en el paseo marítimo. Desde que entras, ya comienzas a notar sus pinceladas arquitectónicas que dejan boquiabiertos.
Son muchos los detalles que puedes sentir, desde techos altos con artesonados, arcos de diferentes estilos, suelos revestidos de mármoles, así como impactantes luminarias y hornacinas con decoración nazarí. Sin olvidar los frescos y perfumados arreglos florales.

Uno de los puntos que combinan esos detalles con mucha armonía, es el corazón y protagonista del Palacio Miramar, el Lobby Real, un bello y elegante espacio en el centro del edificio. El Lobby Real es además es el hilo conductor a otras preciosas instalaciones como los restaurantes, salones, y a la Terraza Real con vistas al mediterráneo.


Experiencia en el Gran Hotel Miramar
En su nueva etapa, puedes notar que sus instalaciones, son productos de la suma de la restauración de muchos espacios originales, que junto a los elementos actuales, dan esa mágica combinación de Gran Lujo que tiene este precioso hotel, y por eso no es casualidad que esté en la lista de los mejores hoteles del planeta.
Ya estando en el 100% de su capacidad, y durante tres días y dos noches, tuve el privilegio de poder disfrutar en una de las 200 habitaciones que cuenta el hotel.


Dentro del hotel hay unas 29 suites con diferentes temáticas o estilos: árabe, mudéjar o nazarí, además de estilos occidentales como la Suite “Arquitecto”. Toda esta variedad hace parecer que conviven a la vez una especie de micro-hoteles.



Uno de los espacios que también disfruté fue el Jardín del Mar, donde puedes saborear la cercanía y escuchar los rumores de las aguas mediterráneas. Esa proximidad y las palmeras hacen que sientas una especie de eterno verano, ya sea al tomar un fresco y variado desayuno en el Restaurante Mediterráneo, o comer en la Terraza Real con vistas inmejorables, donde da ganas de detener el tiempo.



Y, algo que siempre valoro y no pasa desapercibido son los detalles del personal del hotel, esos toques humanos que te hacen sentir muy a gusto, y con el factor sorpresa latente todo el tiempo. ¿Me puedo quedar a vivir aquí?

Agradecimiento
Agradezco a Hoteles Santos y RVEDIPRESS, la invitación para poder vivir la experiencia en el #GranHotelMiramar, que incluyó participar en la gran fiesta de reinauguración de este majestuoso lugar en la bella Málaga.
Para ver y saber más de las instalaciones, así como reservar tu estancia, tienes el sitio web.
2 comments
Extraordinario reportaje informativo y fotográfico.
Hola Antonio
Me alegara que te guste el hotel y el contenido.
Muchas gracias por tu virtual visita.
Bo